miércoles, 13 de agosto de 2008

lecciones teatro clásico I



Valencia, 13 de agosto de 2008

LECCIONES DE
TEATRO CLÁSICO I

En el presente capítulo de Lecciones del Teatro Clásico iremos, todos los meses, incluyendo reflexiones y análisis -nosotros lo llamamos lecciones- extraídas de nuestro quehacer cotidiano -ensayos, representaciones, conversaciones- en El Corral de la Olivera.

Esta sección va dirigida a estudiantes de Arte Dramático o profesionales con ganas de saber más sobre su oficio y, sobre todo, más sobre el gran olvidado del teatro español que, evidentemente, es el Teatro del Siglo de Oro cuya historia, decía Lázaro Carreter, "es la historia de un olvido".

Cuando nos preguntan ¿por qué el Teatro Clásico? siempre respondemos porque es la escuela, porque ante los clásicos siempre te sientes en el aula aprendiendo, porque siempre te guardan lecciones maravillosas. Lecciones como tesoros para cualquier actor o director o, simplemente, cualquier ser humano que quiera ir un poco más allá en la comprensión del propio ser humano.

Qué torpes somos cuando intentamos verbalizar nuestros sentimientos, cuando queremos ponerle palabras a lo que nos preocupa. Qué torpes cuando investigamos los secretos que encierra el ser humano.

Qué hábiles, sin embargo, nuestros autores clásicos para describir cualquier estado humano. Qué habiles poniendo las palabras que nosotros ya no tenemos -cuánto se ha pervertido el lenguaje desde entonces-.

Nuestros clásicos son La Biblia del hombre moderno. A ellos podemos recurrir siempre que nos asalten dudas, siempre que necesitemos palabras para descifrar esos "no sé qué" que nos viajan por nuestro interior.

Pero además de darnos buenas respuestas, nuestros clásicos son generadores de preguntas y más preguntas para que el hombre vaya más lejos cada vez. ¡Ay! del hombre que no se hace preguntas, diríase de él que es un necio.

Los clásicos son medicina y veneno al mismo tiempo y esa es la primera de las lecciones de nuestro blog, de nuestro cuaderno de bitácora para almas inquietas.

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