Bartolomé Leonardo de Argensola
(1562-1631)
La lengua alemana, además de poet, tiene la palabra dichter para llamar al poeta. Atrae poderosísimamente mi atención que la acepción principal de dichter es la del que tiene la verdad y la transmite. Es decir, que ser poeta es algo más que componer versos. Más que un filósofo, más que un periodista, más que un político, el verdadero poeta es el que está más cerca de la verdad Y LA CUENTA e irónicamente por ello, no le queremos escuchar, porque la verdad es siempre incómoda.
Señora del alma mía,
parecéis aurora bella,
más hemosa que la estrella
y más luciente que el día.
Dejad ya vuestra porfía;
no me tratéis, no, tan mal;
que deste fuego infernal
me siento de tal manera,
que, a ser hombre, no pudiera
sufrir la pena inmortal.
Señora, si es vuestro intento
ver lo que puedo sufrir,
sabed que no habrá tormento
con que lleguéis a medir
el término al sufrimiento.
En la mayor agonía
cobra esfuerzo y osadía,
y crece, cuanto pondera,
que sois la verdadera
señora del alma mía.
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