Esteban Manuel de Villegas
(1595-1669)
Destaca sobre todo por su adaptación de la estrofa sáfica, compuesta por tres endecasílabos con acento en las sílabas 43, 83 y loa y cesura tras la 53 ("Dulce vecino de la verde selva / huésped eterno del abril florido, / vital aliento de la madre Venus") (el endecasílabo sáfico grecolatino presenta los tiempos fuertes en las sílabas 53, 83 y loa y cesura tras la 63; también se aprecia una tendencia, según los autores, a presentar la 13 y 33 como tiempos fuertes) y un pentasílabo con acento en las sílabas 13 y 43 (equivalente al adónico) ("Céfiro blando"). Esteban Manuel de Villegas, extraordinario poeta perseguido y desterrado por la Inquisición española. En sus poemas la disposición específica de los versos y la colocación de las palabras dentro del verso, en un modelo metrico determinado (como el sáfico que presentamos aquí), son puntos de reflexión y ayuda para el lector, son el prólogo de una actitud que nos lleva a pensar en la funcionalidad del verso, de la palabra.
Dulce vecino de la verde selva,
huésped eterno del abril florido,
vital aliento de la madre Venus,
céfiro blando;
si de mis ansias el amor supiste,
tú, que las quejas de mi voz llevaste,
oye, no temas, y a mi ninfa dile,
dile que muero.
Filis un tiempo mi dolor sabía;
Filis un tiempo mi dolor lloraba;
quísome un tiempo, mas ahora temo,
temo sus iras.
Así los dioses con amor paterno,
así los cielos con amor benigno,
nieguen al tiempo que feliz volares
nieve a la tierra.
Jamás el peso de la nube parda,
cuando amanece en la elevada cumbre,
toque tus hombros, ni su mal granizo
hiera tus alas.
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