Ya estamos de pleno inmersos en la crisis, primero fue la inmobiliaria y ahora es la financiera, ¿Y quién va a pagar todos los platos rotos, además del sufrido contribuidor? Pues, desde luego, la cultura. Siempre la cultura es la primera que sufre los avatares de unos políticos que no quieren ver que en materia de educación y cultura no habría que recortar ni un céntimo porque son la garantía de que en el futuro no reproduzcamos nuestros propios errores.
En los próximos años para poder sacar un proyecto de nuestras características adelante probablemente tengamos que renunciar a hacer una nueva producción y atrinchararnos en lo que ya tenemos para tratar de moverlo.
Esto supone un retroceso en el crecimiento artístico de la compañía y de sus miembros. Igual que se proteje a los bancos deberíamos proteger nuestra cultura porque una sociedad sin cultura está condenada a la barbarie.
miércoles, 8 de octubre de 2008
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